#HablemosDePelículas: Adaptaciones Literarias: Los Juegos Del Hambre (por Mirucka)

¡Hola Muggles!, aquí va la opinión del libro a la película por Mirucka.

La comparativa que me atrevo a realizar de la primera parte de “Los Juegos del Hambre” versus el libro de Suzanne Collins, es con la distancia que me permite aflorar solo los rasgos que ahora me son distintivos y que han perdurado en el tiempo en mi memoria, tanto del film como del propio libro.

Es por ello, que lo primero que puedo distinguir entre el libro y la versión cinematográfica, es que en ambos caso la historia es cautivante. Cuando leí el libro la historia me pareció en suma original y atractiva, en especial por su protagonista Katniss (Jennifer Lawrence), una joven mujer, fuerte e independiente, osada y desafiante ante la adversidad… más allá de que considero que el film logra plasmar este espíritu que habita en el libro, en este último se ahonda mucho más en la psicología del personaje de Katniss, y nos permite comprender de mejor manera sus vacilaciones respecto a elegir entre Peeta (Josh Hutcherson) y Gale (Liam Hemsworth).

Dejando lo anterior un poco de lado, destaco algo que quizás mi imaginación no alcanzó a elucubrar o percibir a través del libro y que en la película me dejó literalmente anonadada, -igual exagero pero… si uno no le pone de lo suyo, todo se torna cotidiano y monótono…- Retomando, lo que me conmovió en el film, es el diseño de vestuario (Judianna Makovsky) y maquillaje (Ve Neill). La estética futurista de la sociedad en la que se desarrolla la trama, esa apuesta por dar protagonismo a lo estético, algo que en sí mismo es arriesgado, pues puede ser criticado como superficial… Es esa “superficialidad” otro componente más dentro de la apuesta fílmica, ya que aporta esa misma idea al film que lo hace grande, esa excesiva estética y cuidado pinta a una sociedad futurista de superficial y banal, en donde para quienes ostentan el poder político les es más importante lo bello de mantener un cuidado jardín y los trajes que visten, antes de preocuparse por loa harapos que cubren a los ciudadanos que con suerte tienen alimentos para llevar a su boca, es por medio del trabajo de estos mismos ciudadanos harapientos que los poderosos pueden ostentar las galas y deleitarse en bacanales de alimentos que sus ciudadanos jamás conocerán. En los Juegos del hambre lo bello de la estética no es sinónimo de belleza, sino que es el reflejo bufonesco de una aristocracia decadente y carente de contenido, alienada por los reflejos de su propio brillo, una reinterpretación de la vida de palacio de la época de las luces de María Antonieta, por ello ya se puede prever lo que se viene… Una aristocracia vacía y decadente, sostenida por la estética trae consigo una revolución que amenaza a no dejar a títere con cabeza.

Bueno, esto es todo por ahora lectores, ¡Adiós!